Esteban Hormiga's Questionnaire

Vivó en el ciudad de Reynosa en Mexico, una de las más inseguras del país. No tengo papeles para vivir en los estados unidos y tampoco tengo dinero para pagarle a un coyote que me lleve hasta el Rio Bravo, la frontera natural entre México y Estados Unidos. He escuchado que muchos migrantes cruzan el río con la esperanza de encontrar una vida mejor, pero también sé que hay muchos riesgos y peligros en el camino. Reynosa es un ciudad muy peligroso, puro ballasos ala verga, donde la violencia y el narcotráfico son el pan de cada día. Però todavia vivo acqui porque es mi domicilio y no tengo nadie afuera de acqui, mi família y mis amigos todos estan acqui y yo no veo vida sin ellos. Ellos son mi razón de ser y mi apoyo en estos tiempos difíciles. 

Yo tengo dos trabajos en una panadería y una taquería, pero yo puedo ser mucho más que eso. Yo me gradué en un curso de culinario en una escuela vocacional, así que tengo experiencia en hacer mucho más que tacos y conchas. Yo gasto todo mi dinero en mi apartamento y suministros alquímicos para trabajar por mi objetivo de resolver el hambre mundial. La concha que da vida es mi primer hazaña hacia este objetivo, pero también tengo cosas más explosivas. Tengo esquemas para hacer un pastel que es una bomba. Yo creo que la comida puede ser un arma y un fuerza de vida.

No tengo la intención de usar el pastel que es una bomba como un medio para hacer daño a nadie. Solo quiero que sea una forma de expresar mi ofensa, ya que necesito defender mi trabajo y mi propósito. Si no puedo hacerlo, siento que mi vida no tiene sentido. Yo estoy dispuesto a sacrificar mi vida por la causa de resolver el hambre mundial, pero no estoy dispuesto a quitarle la vida a nadie por ello. Creo que la violencia solo conduce a más violencia y más hambre. Yo estaría dispuesto a hacer cualquier cosa, excepto asesinar, para alcanzar mi meta. Estoy dispuesto a recorrer el mundo, a difundir mis conocimientos, a donar mi tiempo y mi dinero, a crear más alimentos que sean mágicos y nutritivos. Quiero que todos los seres humanos puedan tener acceso a la comida y a una vida digna.

Hace quatro años, fui secuestrado por el cartel de la droga. Me encerraron en una celda de hierro, sin comida ni agua. Me torturaban todos los días, esperando que les revelara mis secretos científicos. Pero yo no les dije nada. Sabía que mi trabajo era demasiado importante para caer en manos equivocadas. Un día, noté que había una pequeña gota de agua que caía del techo. Recordé que el agua corroe el hierro, y se me ocurrió un plan. Usé mi camisa para recoger el agua y la froté contra las barras de la celda. Lo hice durante semanas, hasta que logré debilitar una de las barras. Entonces, con un último esfuerzo, la rompí y escapé. Esa experiencia cambió mi vida para siempre. Me di cuenta de lo que era pasar hambre, y de lo que era luchar por la libertad. Desde entonces, dediqué mi vida a resolver el hambre mundial, creando alimentos mágicos y nutritivos. No quiero que nadie más sufra lo que yo sufrí. Quiero que todos puedan comer y vivir dignamente.

Las tres personas que más han marcado mi vida son mi abuela, mi mejor amigo y mi instructor culinario. Mi abuela me crió desde pequeño, y siempre la visito cuando puedo. Ella me enseñó a amar la cocina, y recuerdo con cariño cuando me horneaba conchas, esos panes dulces tan ricos. Mi mejor amigo es Pablo de la Cruz, nos conocimos en la escuela y seguimos siendo inseparables. Nos gusta salir a tomar algo en un bar o relajarnos en el periférico. Mi mejor recuerdo con él es cuando fuimos de vacaciones a Monterrey de niños, y nos divertimos mucho. Mi instructor culinario es Jesús de la Garza, él fue como un padre para mí y me ayudó a graduarme. Él me mostró cómo hacer una concha, aunque no estaba en el programa de aprendizaje. Lo hizo por bondad, y yo le estoy muy agradecido. Estas tres personas son mi familia, y las quiero mucho.